Un estudio reciente ha revelado una tendencia inquietante: los teléfonos inteligentes pueden usarse para monitorear en secreto a los usuarios, creando mapas muy precisos de sus hogares.
El uso de datos GPS en diversas aplicaciones permite recibir información parcialmente procesada sin el conocimiento de los propietarios del dispositivo. Estos datos ayudan a determinar el entorno con una asombrosa precisión del 99,6%, así como a rastrear la actividad humana en una variedad de entornos con una precisión del 87%.
La información obtenida se puede utilizar para crear planos de planta detallados con un error mínimo. La vulnerabilidad afecta actualmente a aproximadamente el 90% de los usuarios de Android. Los investigadores temen que esos datos ya puedan ser utilizados por agencias de inteligencia como la Agencia de Seguridad Nacional de EE. UU. (NSA) para rastrear y analizar la actividad de los usuarios.
Aunque el estudio sólo se realizó en dispositivos Android, los expertos creen que otros teléfonos inteligentes que permiten que las aplicaciones accedan a datos del GPS también pueden ser vulnerables. Por tanto, también afecta a los usuarios de iPhone.
La única forma de protegerse completamente, según los expertos, es dejar de utilizar los teléfonos inteligentes. El estudio abarcó un período extenso, incluida la recopilación de datos en diversas ubicaciones geográficas, como zonas de alta montaña e incluso cruceros.
A partir de los datos obtenidos se pueden identificar con precisión elementos de distribución interna como ascensores, escaleras, pasillos y habitaciones, lo que confirma la gravedad de la amenaza a la privacidad de los usuarios.
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